El Camp Nou debe ser clausurado de inmediato –pues el delito se ha perpetrado con el consentimiento de la directiva del Barcelona- y el Barça, expulsado de inmediato de la Liga de España, con la consiguiente multa que arda el pelo. Utilizo los términos con precisión: debe ser… Ya sé que no se hará. En esta mierdocracia, España tiene un Gobierno de mierda, en el que el propio felón presidente del Gobierno está bajo las sospechas de ser un corrupto, que ha cobrado sobres en negro durante once años y cuyo tesorero ha ingresado en prisión. Este Gobierno pepero ni es capaz, ni se plantea defender la dignidad nacional ni, por supuesto, el imperio de la Ley.
La única respuesta al desafío han sido unas lelas declaraciones de la dirigente pepera Alicia Sánchez Camacho –la misma que ha pactado dar carpetazo a un posible delito por ochenta mil euros- en las que ha dicho algo muy resabido y delicuescente sobre la exclusión.
Sé también que en España para llegar a general, cargo que pasa por el Consejo de Ministros, hay que perder el honor y el patriotismo. Ofender a España, conspirar contra su unidad, pretender romper la integridad territorial sale gratis. Todo es de una frivolidad enervante. Se está jugando con cosas muy serias con las que nunca se debería haber jugado, con un Gobierno podrido especialista en empeorar los problemas a fuer de dejarlos pudrirse.
También el Barcelona debería tener la coherencia y lo que hay que tener para abandonar la Liga de España. Aún quedamos patriotas, millones, para defender lo obvio: El Camp Nou debe ser cerrado y el Barcelona, expulsado de inmediato de la Liga de España.
